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Aprendiendo a cazar en altas temperaturas

  • Categoría de la entrada:Caza / España
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  • Última modificación de la entrada:octubre 12, 2024

Cazar es una actividad asombrosa y emocionante sin importar cuándo se practique. Pero, algunos meses son mejores que otros para hacerlo con mayor comodidad. Cuando se decide cazar en altas temperaturas, todo el panorama podría cambiar por las complicaciones que esto representaría.

Las altas temperaturas afectan a nuestros perros, a nuestras armas e incluso nuestro propio desempeño físico. Por eso, no hay que subestimar las consecuencias que una jornada de caza calurosa podrá representar. Si deseas disfrutar de la caza bajo estas condiciones, estos son algunos aspectos que debes tener en consideración.

El agua, un infaltable en los días calurosos

Mantenerse hidratado en una jornada de caza con altas temperaturas es una obligación más que una opción para tu propia salud. No puedes salir al monte sin llevar agua, aunque tu compañero diga que llevará agua o, aunque conozcas fuentes naturales de esta, ninguna de esas son excusas válidas.

Necesitas llevar la suficiente cantidad de agua tanto para ti como para tu perro, no importa que esto pueda ser considerado como molesto, es una necesidad. De no llevar o consumir la cantidad de agua mínima en momentos calurosos, con facilidad podrás deshidratarte, lo cual es mucho peor.

La deshidratación cuando se realizan actividades físicas demandantes, podrá debilitarte rápidamente. En un inicio no te percatarás de ello, porque irás expulsando el agua de tu cuerpo por medio de tu propio sudor, también de tu respiración. Pero a medida que esto vaya avanzando te sentirás debilitado y sufrirás de cansancio muscular. Ese cansancio podría derivar en lesiones o accidentes que son evitables.

Lo mismo podría ocurrir con tus perros, recuerda que su seguridad y comodidad dependerán de ti. No dejes que tu perro se deshidrate, ofréceles con constancia agua para que beban con frecuencia y si es posible, déjalos que se bañen para que puedan refrescarse.

La vestimenta en altas temperaturas podrá hacer el cambio

Mientras más calor hace, menos ropa se quiere usar. Pero usar pantalones cortos o las mangas cortas en el calor del verano, será un gran error. Los insectos con sus picaduras serán un gran problema, también usar ropa corta aumenta las posibilidades de sufrir quemaduras por el sol.

Es mejor llevar una camisa de manga larga, pero que sea holgada para que facilite tanto la transpiración como los movimientos. Los pantalones deben ser por igual cómodos y largos, para que puedas movilizarte de la manera que más te agrade.

Las telas más recomendables son las de fibras naturales, como el algodón. Es preferible evitar los tejidos sintéticos en cambio, aunque en la actualidad existen muchas alternativas sobre qué vestir que podrán ajustarse a tus necesidades.

Además del tipo de material de tus prendas para cazar, debes considerar el color de sus materiales. Por ejemplo, el verde sirve para absorber el calor, lo hace más que el color marrón claro o el beige que son colores clásicos de la actividad cinegética.

Complementar la vestimenta con un sombrero de ala ancha o gorra, es lo más preferible. Si no proteges tu cabeza podrías enfrentarte a una insolación o a dolores de cabeza agudos. Para resguardar tu cabeza aún más, podrás mojar un pañuelo de algodón y colocarlo sobre esta, con ello te refrescarás.

No olvides llevar el calzado adecuado para los días de calor. En estos, los pies sudan más de lo común, y si no tienes zapatos o botas adecuados, podrían salir ampollas. La mejor opción es usar calzado con suela antideslizante, porque los terrenos secos o la paja son resbaladizos. También es adecuado usar botas ligeras, e inadecuado estrenar calzado nuevo en estas temperaturas.

Cuida de tu perro más que nunca

Los perros son especialmente delicados cuando hablamos del calor. Ellos sufren de varios problemas producidos por el calor, uno de ellos son las “despeaduras”, estas son erosiones que ocurren en sus almohadillas plantares. Estas desgastan excesivamente sus almohadillas pudiendo provocar la inmovilización del animal hasta por semanas.

Si un perro no recibe el entrenamiento suficiente, podría tener almohadillas que no sean lo suficientemente gruesas o duras para resistir las jornadas de caza continuas. Las despeaduras son más comunes cuando se caza en terrenos secos con abundancia de rastrojo.

Sin embargo, pueden ser detectables con facilidad cuando tu perro comience a cojear o le cueste andar. Si observas que esto ocurre, actúa con rapidez dándole baños de agua fría con vinagre, estos deberían ayudar a aliviar su dolor. Si el problema avanza y las almohadillas se levantan, deberás desinfectar con un antiséptico como Betadine, y dejarlo descansar por algunos días.

Los efectos del sol en los cartuchos

Curiosamente, las altas temperaturas también pueden afectar el desempeño de nuestras armas de caza. Por ejemplo, es peligroso hacer pruebas de plomeo cuando la temperatura ambiental supera los 40ºC.

Es prioritario evitar que los cartuchos aumenten de temperatura. Esto se puede evitar principalmente al conservar los cartuchos en un lugar de almacenamiento fresco y que esté seco. El modo en el que se transportan puede influir en esto.

Algunos cazadores usan en los meses de verano neveras portátiles pequeñas para almacenar sus cartuchos. Estas neveras conservan una temperatura entre los 20-25 grados. Tampoco es aconsejable dejar los cartuchos expuestos al sol durante las jornadas de caza de verano, esto no puede hacerse ni de forma indirecta, ni de forma indirecta.

Aun así, esto puede ocurrir por olvido o un accidente, ciertas personas no se dan cuenta de que dejan sus cartuchos dentro del coche, y esto afectará al material. En el trayecto, también es necesario cuidar de la temperatura de los mismos. No debes dejar estos en el maletero.

El mejor consejo es guardar los cartuchos contigo en el aire acondicionado. Son pequeñas medidas preventivas, pero que harán una gran diferencia.

No te olvides de las garrapatas

Con las altas temperaturas, otras enemigas pueden surgir, las garrapatas. Estas podrán ser pequeñas, pero provocan enfermedades graves en humanos y animales. Las garrapatas son en realidad ectoparásitos, es decir, se alimentan de la sangre de su huésped adhiriéndose a su piel. Como ellas no pueden volar, tampoco saltar, lo que hacen es trepar por los pastos esperando a que algún humano o animal pase para subir a este.

Si una garrapata llegase a picarte, sentirás dolor y picazón en los primeros momentos. Después, podría empeorar, desde infecciones secundarias, reacciones alérgicas y enfermedades más graves como la babesiosis, la anaplasmosis o la enfermedad de Lyme. Puede que no todas las picaduras de garrapata deriven en esto, pero es recomendable evitarlas, y si presentas síntomas, buscar un diagnóstico.

Para evitar sus picaduras cubre tu piel lo más que puedas con pantalones y calcetines largos. Así como, deberás usar repelente para insectos con DEET, úsalo en tu piel y en tu ropa. Ten cuidado en las zonas con mucha vegetación, esas en donde haya hierba alta o la vegetación sea densa.

De ser posible, camina lejos de estos sitios y evita el contacto directo con la vegetación. Del mismo modo, revisa con regularidad tu cuerpo, en especial, las zonas más cálidas y húmedas, como lo son la ingle, las axilas y detrás de tus orejas.

Cuida de la misma forma a tus perros, mantenlos protegidos con los productos antiparasitarios adecuados, y revisa constantemente su pelaje en búsqueda de garrapatas.

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